sábado, 1 de octubre de 2016

N°3: Diciembre del 2001. El final.

El 18, comienzan los saqueos a negocios en distintos puntos del país, especialmente en la Provincia de Buenos Aires. El Gobierno decreta el Estado de Sitio en todo el País.
Esto, empeora más la situación; La CTA inicia una huelga por 24 hs. en repudio por el Estado de Sitio, la  CGT de  Moyano se suma al paro.
La Iglesia propone una reunión en Cáritas; concurren Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde, el Presidente de la  Unión Industrial, De Mendiguren, Hugo Moyano y el Jefe de Gabinete Cristian Colombo. Ya había comenzado la reunión cuando se hace presente, De la Rúa, que dijo, ante el asombro de los presentes, que la situación estaba controlada.     
Trabajadores de empresas aéreas, son testigos de la afluencia de camiones de caudales que llegan a Ezeiza, atracan de culata junto a las bodegas de los aviones de empresas extranjeras y cargan las sacas con dólares con destino a sus casas matrices. Esto produce un vaciamiento que termina de hundir al país.  
Los Bancos cierran sus puertas y tabican las vidrieras.
En la Ciudad de BS.AS., la manifestación inmortalizada como “el cacerolazo”  comienza a media mañana. Son vecinos de clase media, indignados por el congelamiento de los depósitos y la venta de dólares. Piden la renuncia del Ministro Cavallo. Avanzan alegremente, golpeando sus cacerolas por la plaza de Mayo hasta las rejas que circundan la casa de Gobierno. Son familias enteras con sus hijos y abuelas que reclaman pacíficamente. Algunos dirigentes de izquierda aprovechan las cámaras de la Televisión, para testimoniar su presencia junto al pueblo.     
El "cacerolazo".
Del otro lado del enrejado, la Infantería de la Federal, con sus cascos y escudos protectores, observan sin intervenir.
Pero la fiesta se terminó cuando empezaron a llegar manifestantes del Conurbano Bonaerense. Estos no protestan pacíficamente por los depósitos que no tienen, sí tienen hambre. Apenas sonaron las primeras bombas de gases lacrimógenos y las balas de goma, las cacerolas enmudecieron y se fueron a ocupar el lugar específico para las que fueron creadas, es decir, “la cocina, para preparar el puchero”.
A raíz de este acontecimiento, el periodista Martín Caparrós de Página 12, escribió una nota donde decía que, “la clase media se movilizaba sólo cuando le tocan el bolsillo”.
Este comentario ofendió a los habitantes de Palermo, Barrio Norte, Recoleta, y otros.
El 20 de Diciembre la situación es incontrolable, los saqueos toman forma de vandalismo, ya no sólo son atacados los supermercados de los que se llevaban productos para comer, sino los  comercios de electrodomésticos,  rompen las vidrieras, arrancan las cortinas metálicas y se llevan heladeras, lavarropas, y todo lo que está a su alcance.
En la ciudad, los manifestantes llegados de la Provincia de Bs.As., acostumbrados a la lucha callejera, enfrentan a la policía con piedras y palos, rompen vidrieras de los comercios y la protesta se transforma en una verdadera masacre. La Policía Montada reprime a las Madres de Plaza de Mayo en un ataque insólito, ni la Dictadura Militar se había atrevido a tanto.
A la tarde, legisladores radicales le piden a De la Rúa, la renuncia de Cavallo. En las últimas horas el Presidente ha perdido el apoyo de su propio partido. A las 17 hs. le comunica al jefe de la bancada Radical que Cavallo va a renunciar, este le pide que de un mensaje al país para tranquilizar a la gente, De la Rúa responde” bueno, no sé, tal vez  un rato más tarde”.
A las 19 hs se decide a dar el mensaje al país. Se equivoca tres veces al grabar el mensaje. La última vez, su hijo Antonio se le acercó y le dijo; “Levantá la cabeza, parecés un tipo al que molieron a palos, sos la imagen de la derrota” Luego se dio vuelta y lanzó un insulto a su padre, que fue  escuchado por todos los presentes.
La revuelta se cobra alrededor de 40 muertos y miles de heridos. No sólo la policía reprime, los custodios del Banco HSBC balean desde adentro del banco a la gente.
A las 4 de la tarde, del día siguiente, De la Rúa da un mensaje al país, llamando a la unidad Nacional. Propone la reforma de la Constitución, discutir la política económica con todos los sectores, e invita al partido Justicialista a sumarse al gobierno, ofreciéndoles cargos en el ejecutivo. Ya era tarde, los legisladores Justicialistas rechazan el acuerdo. Era una ingenuidad pensar que el Peronismo, iba a compartir un gobierno que se caía a pedazos.
Mientras el país estaba en llamas, llega a casa de Gobierno a entrevistarse con el Presidente, el ex Jefe del Gobierno Español; el Socialista Felipe González, quien antes de convertirse en figura prominente de la política española, siendo un joven abogado,  
Socialista,  recorría los barrios obreros para defender gratuitamente a los trabajadores del atropello de los empresarios. Cómo cambian los tiempos, o mejor dicho, los hombres, ahora venía a interesarse por el destino de las empresas españolas radicadas en el país. Se había transformado en “Lobista” del capitalismo. Más tarde después de la renuncia de De la Rúa, volvió a La Rosada para entrevistarse con el Presidente del Senado, interinamente a cargo del Ejecutivo.
Volvamos a las últimas horas de ese dramático día. El Presidente, ya sin ningún respaldo, a las 19,45 hs., renunció a la presidencia que duró tan solo 2 años y 2 días.
La huida.
En el  helipuerto de la casa de Gobierno, lo espera un helicóptero. Unos pocos funcionarios lo acompañan, entre ellos los Ministros Gallo, Rodríguez Llavarini, El Jefe de Gabinete Cristian Colombo, quien en las últimas semanas había trabajado sin descanso tratando de encontrar una salida a la crisis y Hernán Lombardi. Los nombrados abrazaron al Presidente con lágrimas en los ojos. Fernando De la Rúa subió al aparato y se alejó de la Casa Rosada. La imagen del helicóptero en vuelo estuvo en las tapas de todos los diarios y revistas y en la pantalla de la Televisión, reiterada impiadosamente hasta el hartazgo.
ALGUNAS CONSIDERACIONES:
Triste final para un hombre que en algún momento fue calificado como, inimputable.
Esto significaba que era un hombre honesto, con pocas luces, es cierto y que cometió errores, de muchos de los cuales no fue totalmente culpable. No eligió bien a sus colaboradores. Convalidó la torpeza de los sobornos en el Senado, ese fue el punto inicial de la crisis que llevo a la renuncia del Vicepresidente “Chacho” Álvarez, que arrastró a funcionarios y legisladores del Frepaso y Radicales Alfonsinistas. Fue quedando cada vez más aislado rodeado de un entorno de mediocres donde debemos destacar a su hijo Antonio. Y así pasó sin pena ni gloria una alianza formada para ganar una elección cosa que generalmente fracasa. 

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