domingo, 18 de diciembre de 2016

Nº 5: CONTINUANDO CON ESTO YA PASO ANTES TOMAREMOS COMO REFERENCIA TEMAS ACTUALES COMO: LEY DEL ARREPENTIDO

  
Esta ley recientemente sancionada, tiene antecedentes históricos tanto en nuestro país como en Estados Unidos.
Durante el gobierno militar surgido en Marzo de 1976, el Almirante Eduardo Emilio   Massera, puso en práctica con gran éxito, una figura similar. La estrategia consistía en que los guerrilleros apresados, en su mayoría montoneros, en los interrogatorios, denunciaran a sus cómplices. Si bien algunos desesperados al no soportar la descarga eléctrica, terminaban por dar nombres al boleo; en las redadas siempre  caía algún
Eduardo E. Massera
culpable. Y como decía el Gral. Suarez Masson, “si de cada 100 detenidos hay UN SOLO subversivo, bien vale la pena”.
Pero también hubo casos más sutiles en los que el término de ARREPENTIDO encuadraba perfectamente, eran aquellos que al ser detenidos y para evitarse interrogatorios desagradables, se ofrecían a dar datos concretos de militantes subversivos, y acompañaban a los grupos de tareas en los allanamientos, señalando  los lugares donde se escondían con sus mujeres e hijos. Esto ayudó a detener y/o eliminar gran cantidad de “delincuentes apátridas”.       
Es oportuno señalar, ya que entramos en el tema de los sucesos de los años del 76 al 83, que recientemente a raíz de declaraciones oficiales surgidas desde el Ministerio de Justicia, el Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural: Claudio Auruj, aseguró que el número de desaparecidos en el periodo mencionado, es indeterminado pudieron ser 6 o 5 mil, lejos de la cifra de 30 mil que se manejó en años anteriores. El  mismo funcionario Auruj, que anteriormente se desempeñó como presidente del Museo del Holocausto, precisó que; “nunca se determinó fehacientemente si las víctimas del Nazismo fueron, 6 o 5 millones” Y es razonable, quién se va a poner a contar las víctimas.  

                                    EL MCCARTHYSMO

 Después de la segunda guerra mundial, entre 1947 y 1950, la tensión entre los bloques Capitalista y Socialista, en lo que se llamó la guerra fría, creció al punto de considerarse inevitable la tercera guerra mundial. La histeria antirroja en los Estados Unidos alcanzó grados de paroxismo.
En el Senado Norteamericano se creó el COMITÉ DE ACTIVIDADES ANTINORTEAMERICANAS.
El hombre más notorio que lideró este comité se llamó Joseph McCarthy.
El lema de este comité era: Toda persona sospechada; Era inscripta en una lista (listas negras) y podía ser privada de su puesto de trabajo o internada en un centro de detención.

Joseph R. McCarthy 
Olvidando el principio jurídico de la presunción de inocencia, el comité aplicaba la presunción de culpabilidad y era el acusado quien tenía que probar su inocencia.     
Quienes reconocían su culpa por haber tenido alguna vinculación con el partido comunista (que era legal) podía salvarse, delatando a sus compañeros.
En un clima de sospecha alimentado por la difamación y los rumores, se descubrieron algunos culpables de tener relación con el partido comunista, pero a costa de perseguir a muchos inocentes.                                    
El clima de delación se extendió a los círculos de la cultura cuando el comité puso sus ojos sobre Hollywood.
El record lo batió el guionista Martin Berkely al denunciar 162 autores,  presuntamente infiltrados en la industria cinematográfica.
En 1952 el Congreso publicó la lista de 342 nombres de “antinorteamericanos” a los que no se les debía proporcionar trabajo en ninguna actividad.
Se intervinieron  teléfonos, se violó correspondencia privada, y sumarios secretos se filtraron a la prensa deliberadamente para que ésta los difundiera.
A los testigos de la acusación se los instruía previamente sobre lo que tenían que declarar.
Notorios periodistas presionaban a los productores para que no contrataran sospechosos, bajo amenaza de destruirlos en sus publicaciones.
El famoso comentarista político Walter Lippman leído en todo el mundo, había sido en su juventud un “radical”, un socialista revolucionario, pero al tiempo adquirió una mentalidad conservadora. Se convirtió en una especie de voz extraoficial del gobierno. Sus libros fueron  “Bestseller” debido a sus escandalosas denuncias. Defender los poderes del dinero resulta en general más lucrativo y menos riesgoso que combatirlo
En las “listas negras” de Hollywood, figuraban nombres como Charles Chaplin, Orson Welles, Gregory Peck. El actor John Garfield, una estrella de ese momento, según una versión, se suicidó. Dashiel Hammet, el célebre creador de la novela negra, que se negó a testimoniar, fue condenado a prisión por desacato, y el famoso guionista Dalton Trumbo fue marginado por las productoras, aunque siguió escribiendo guiones con sedudónimo, y ganando varios premios. Recientemente se estrenó la película “Trumbo” ganadora de varios Oscars, en donde se refleja descarnadamente y con cierto grado de humor, el nefasto periodo del  Mccarthysmo.
Las investigaciones y purgas se extendieron al campo sindical y docente. La ley antiobrera “Taft-Hartley” , además de trabar al máximo la posibilidad de huelgas por mejoras salariales, exigió a los dirigentes  firmar bajo juramento no ser comunistas. 


El delirio persecutorio del Senador Mccarthy   lo llevó a asegurar  tener una lista de 205 comunistas que prestaban servicio en el Departamento de Estado. Poco después bajó la cifra a 81, y tres días más tarde a 57. Todos, decía, con carnet de afiliados al partido comunista. Nunca pudo dar a conocer los nombres de los acusados. Tengamos en cuenta que la denuncia echaba sombras sobre el gobierno de D. Eisenhower nada menos, héroe de la segunda guerra mundial. El Gral Eisenhower fue el Comandante en Jefe de las fuerzas aliadas, el estratega del desembarco en Normandía (el famoso día D) que produjo un giro importante para el desenlace de la guerra. 
Finalmente, los métodos arbitrarios y sin fundamento de sus acusaciones terminaron por desacreditar al Senador Mccarthy, quien fue destituido por el mismo Senado en 1954.  

Fuente:  G. SELSER, "Historia de America en el siglo XXI (Nº31)", Ed. Centro editor de america latina.

TODO ESTO PASÓ ANTES. VAYAMOS AL AQUÍ Y AHORA

La Ley del Arrepentido se sancionó el 19 de Octubre 2016.
Fue una promesa de campaña del Presidente Mauricio Macri, que se cumplió.
Esta Ley tiene por objeto combatir la corrupción. En el caso en que éste, el arrepentido, esté cumpliendo alguna condena, como beneficio por la colaboración, el arrepentido tendría una reducción en la pena, de 15 años como máximo, En ningún caso la eximición de prisión.
Periodistas muy acreditados, antes de que se sancionara la ley, se dieron a la  riesgosa tarea de llevar adelante investigaciones que tuvieran que ver con este tema.    
Durante semanas concurrieron a instituciones carcelarias y pusieron frente a las cámaras el testimonio de presidiarios, (algunos condenados a prisión perpetua) quienes denunciaron a funcionarios de gobierno de delitos no sólo de corrupción sino también de crímenes, no como autores materiales, pero sí como autores intelectuales.
Muchos periodistas publicaron numerosos libros (algunos se convirtieron en Best- sellers) en los que, con

lujo de detalles describían los hilos de la corrupción, llegando hasta lo más alto del poder, a pesar de los
peligros que esto implicaba. Gracias a las investigaciones periodísticas, legisladores y legisladoras, llevaron estas denuncias a la justicia.
Luis M. Majul y M. Macri (der.). Jorge Lanata (izq.)

Con estos antecedentes; Jueces y Fiscales comenzaron a allanar oficinas, propiedades, excavar campos, acopiando elementos de prueba, que permitieron desentrañar la trama secreta de la corrupción. De esta manera han sido detenidos y procesados empresarios y “testaferros” ligados al poder político, que a su vez se han constituído en “arrepentidos”, y denunciaron a los más altos funcionarios del gobierno anterior.
En los últimos meses la mira sobre la corrupción, también se ha posado sobre el arte,  y la cultura, por llamarlo de alguna manera, el Ministro de Medios. Hernan Lombardi, está  llevando adelante la tarea de limpiar las áreas de cultura y comunicaciones de elementos corruptos. Ha cancelado licencias en radios y televisión y han salido a la luz contratos con actrices y actores por cifras millonarias pagadas por el estado. Todos estos actores, actrices y productoras de programas han sido denunciados y los casos están en manos de la justicia. Todo esto ha merecido una amplia difusión en los medios. El actor Mario Galvano, denunció al presidente de AASAI, el actor Pablo Echarri, a Pepe Soriano y Martín Seefel, además de involucrarlos en otras irregularidades. También el periodista del diario  La Nación, José Crettaz publicó una lista  que involucra a trabajadores de la cultura en general y a actores como Luís Machín, Gil Navarro, Jorge Marrale, y entre otros a Alejandro Awada (hermano de la Primera Dama y por consiguiente cuñado del Presidente, aunque hay que aclarar que el actor está distanciado de la familia). Todas estas personas han sido denunciadas por recibir subsidios del gobierno anterior entre los años 2010 y 2015. El periodista de La Nación agrega que varios de estos actores se han declarado favorables  al Kirchnerismo y participado en spots y actos  del FPV.  
José Crettaz 
La Asociación de Actores, Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAYC),
AADI. Etc. han manifestado su repudio para con el periodista José Crettas, calificando su lista NEGRA como similar a las del MCCARTHYSMO.     

Como decimos siempre, esto ya pasó antes.